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jueves, 19 de marzo de 2015

¿Qué demonios es el CORE?.

A menudo observamos una gran cantidad de información en relación al concepto “core” y en ciertas ocasiones este hecho lleva a una verdadera confusión en cuanto al concepto de este término y a sus aplicaciones en el entrenamiento. Para poder dirimir algunas de las lagunas existentes en este campo es necesario reflexionar con la ayuda de la ciencia que tanta dedicación ofrece para que se pueda seguir mejorando en el ámbito del ejercicio físico y la salud.


Lo primero que ha de quedar resuelto es que el core no hace referencia a ningún concepto muscular típicamente descrito por la anatomía humana, sino que hace referencia a un concepto terminológico que trata de referirse a un conjunto de estructuras musculares y osteoarticulares ubicadas en la zona central del cuerpo. Sin embargo, hemos de remarcar que como vulgarmente se cree, el core no hace referencia únicamente a la zona central del cuerpo, si no que principalmente este concepto se asocia al raquis lumbo-dorsal, la pelvis y las caderas (Kibler et al., 2006; Escamilla et al., 2010).



En esta línea, el entrenamiento de la estabilidad del core ha cobrado importancia en los últimos años ya que distintas investigaciones avalan que su correcto entrenamiento previene y trata el dolor lumbar -tan expandido en la sociedad actual- y previene lesiones en los miembros inferiores (McGill et al., 2002; Kibler et al., 2006; Borghuis et al., 2008). Sin embargo, si nos preguntamos ¿qué es la estabilidad del core? Las investigaciones ofrecen distintos conceptos en función del campo de investigación que observemos:


                                     PROPUESTA PRÁCTICA.

A Continuación se presenta una propuesta práctica en la que se pretende llevar a la práctica lo que se ha expuesto en la teoría. La siguiente propuesta requiere un pequeño desafío de la COREografía muscular que puede ser incluida en una rutina de entrenamiento habitual.


David Rodríguez Elcorobarrutia.

coroteentrena@hotmail.com

BIBLIOGRAFÍA

Borghuis J, Hof AL, Lemmink KA. The importance of sensory-motor control in providing core stability: Implications for measurement and training. Sports Med. 2008;38(11):893–916.

Brown SH, Vera-García FJ, McGill SM. Effects of abdominal muscle coactivation on the externally preloaded trunk: Variations in motor control and its effect on spine stability. Spine. 2006;31(13):E387–93.

Bergmark A. Stability of the lumbar spine. A study in mechanical engineering. Acta Orthop Scand. 1989;230 Suppl1:S1–54.

Escamilla RF, Lewis C, Bell D, Bramblet G, Daffron J, Lambert S, et al. Core muscle activation during Swiss ball and traditional abdominal exercises. J Orthop Sports Phys Ther. 2010;40(5):265–76.

Hodges PW, Richardson CA. Delayed postural contraction of transversus abdominis in low back pain associated with movement of the lower limb. J Spinal Disord. 1998;11(1):46–56.

Hodges PW, Richardson CA. Inefficient muscular stabilization of the lumbar spine associated with low back pain. A motor control evaluation of transversus abdominis. Spine. 1996;21(22):2640–50.

Jull GA, Richardson CA. Motor control problems in patients with spinal pain: A new direction for therapeutic exercise. J Manipulative Physiol Ther. 2000;23(2):115–7.

Kibler WB, Press J, Sciascia A. The role of core stability in athletic function. Sports Med. 2006;36(3):189–98.

Panjabi MM. The stabilizing system of the spine Part I. Function, dysfunction, adaptation, and enhancement. J Spinal Disord. 1992;5(4):383–9.

Vera-García FJ, Elvira JL, Brown SH, McGill SM. Effects of abdominal stabilization maneuvers on the control of spine motion and stability against sudden trunk perturbations. J Electromyogr Kinesiol. 2007;17(5):556–67.

Vera-García FJ, D. Barbado, V. Moreno-Pérez, S. Hernández-Sánchez, C. Juan-Recio y J.L.L. Elvira. Core stability. Concepto y aportaciones al entrenamiento y la prevención de lesiones. Rev Andal Med Deporte. 2015. Article in press.